Como los medios han estado reportando desde finales de diciembre, muchas compañías navieras están evitando el Mar Rojo y el Canal de Suez tras una serie de ataques a buques por parte de la milicia Houthi en Yemen.

Debido a estos acontecimientos, los buques están evitando el Canal de Suez y siendo desviados alrededor del Cabo de Buena Esperanza. Como resultado, los tiempos de transporte han aumentado hasta 4 semanas.

En consecuencia, las compañías navieras están imponiendo recargos por la desviación a través del Cabo de Buena Esperanza.

Un desafío adicional es el llamado efecto látigo, que describe un fenómeno en la cadena de suministro donde las pequeñas fluctuaciones aumentan y pueden tener efectos considerablemente grandes en áreas aguas abajo.

Se teme que las rutas alternativas puedan volver a significar congestión en los puertos, que no están acostumbrados a manejar volúmenes de tráfico tan grandes. Además, es posible que el espacio de carga escasee y que los contenedores vacíos queden varados en lugares no convencionales. Tales complicaciones podrían agravar aún más los retrasos y quizás también afectar otras rutas de envío aparte de las que van entre Europa y Asia, una situación que ya experimentamos hace 2 años.

Actualmente, es incierto cuánto tiempo el Canal de Suez no será navegable debido a los ataques. Sin embargo, se puede esperar que sea cuestión de meses en lugar de semanas. Ante los tiempos de entrega más largos, los stocks de reserva son casi indispensables. Por lo tanto, recomendamos realizar pedidos de precaución.

Con respecto a los desafíos mencionados anteriormente, recomendamos sensibilizar a los clientes para que realicen pedidos anticipados, de modo que haya suficientes posibilidades y flexibilidad para contratar y se puedan cumplir las fechas de entrega deseadas.

Estamos seguros de que superaremos esta crisis con valentía junto con nuestros clientes y socios, y mantendremos la capacidad de suministro.